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‘Quiero hablar sobre Duras’: Yann Andréa, el último amante de Marguerite Duras

Quiero hablar sobre Duras (Vous ne désirez que moi) es una película de la cineasta Claire Simon que participó en la pasada edición del festival de cine de San Sebastián y que ha podido verse en Filmin con motivo del Atlántida Film Fest.

Que la vida es inmortal mientras se vive, mientras se está con vida. Que la inmortalidad no es una cuestión de más o menos tiempo, que no es una cuestión de inmortalidad, que es una cuestión de otra cosa que permanece ignorada.

Marguerite Duras El amante.

Esta es una de las últimas frases de la obra de Marguerite Duras El amante. En este libro la autora narra su primera aventura sexual cuando aún vivía en lo que hoy es Vietnam y tenía quince años.

El legado de Duras es inmortal y cada cierto tiempo aparecen piezas artísticas relacionadas con ella. Una de las últimas ha sido Quiero hablar sobre Duras.

En ella, paradójicamente, el foco no se pone en Duras sino en su último amante, Yann Lemée. Este compartió con la escritora y directora los últimos 16 años de vida y falleció en 2014 en su apartamento de París sin que las causas de esa muerte se esclareciesen nunca.

Quiero hablar sobre Duras se centra en una entrevista que la periodista y amiga de Duras, Michèle Manceaux hizo a Lemée dos años después de que se iniciase su relación con Marguerite. Las cintas grabadas de esa conversación no trascendieron hasta las muertes de Lemée y Manceaux. Entonces fueron a parar a manos de la hermana de él y se publicaron en 2016 con la forma de un libro llamado Me gustaría hablar de Duras.

Swann Arlaud es Yann Lemée en Quiero hablar sobre Duras.
Swann Arlaud es Yann Lemée en Quiero hablar sobre Duras.

Quiero hablar sobre Duras: Un amor inventado

Yann Lemée era un joven estudiante de filosofía en Caen, Normandía, cuando descubrió la obra de Marguerite Duras. Se enamoró de su escritura y también de la escritora, decidiendo en un acto total de pasión que solo la leería a ella y a ningún otro autor. Tenía 20 años en aquel momento.

Poco tiempo después fue a ver una proyección de India Song, largometraje de Duras, en el que hubo un coloquio con la también cineasta. Allí pudo aproximarse a ella por primera vez y pedirle su dirección para mandarle cartas. Durante un año le escribió sin obtener respuesta hasta que se rindió.

Fue en ese momento cuando, preocupada por no haber recibido más misivas, Marguerite le escribió a él y acabaron por verse a solas por primera vez en 1980. Desde ese año, hasta la muerte de Duras en 1996 mantuvieron una relación complicada, llena de idas y venidas, de alcohol y de violencia.

Si por algo era conocida Marguerite Duras, además de por su prolífica obra, era por su mala baba. Esto, como no puede ser de otro modo, se trasladaba a la relación que tenía con Yann, tratándole mal, siendo tiránica con él e incluso repitiéndole mil veces que no existiría de no ser por ella. El joven, 38 años menor, fue una creación casi desde cero de Duras, su último personaje literario, su hombre Atlántico.

Yann Andréa y Marguerite Duras, en 1981. GERARD FOUET (AFP).
Yann Andréa y Marguerite Duras, en 1981. GERARD FOUET (AFP).

Yann Andréa: La represión de la homosexualidad

Yann Lemée pasó a ser Yann Andréa cuando conoció a su protectora. Duras le creó ese nombre, se lo cambió para hacerle perdurar en el tiempo, inolvidable.

Lemée era homosexual declarado, había estado con mujeres, pero lo que realmente le gustaba eran los hombres. Marguerite, por supuesto, no comprendía esto, no le veía el sentido. Ni qué decir tiene que Andréa mantenía relaciones sexuales con Duras, aprendiendo paso a paso cómo funciona el cuerpo de una mujer. Seguramente Lemée, en esos momentos, estaba agazapado en algún rincón interior de Yann siendo reprimido por su tiránica guardiana.

Aunque trató de irse en alguna ocasión, el joven terminó por volver, pues experimentaba que su vida no tenía sentido sin compartirla con Marguerite y tenía pensamientos suicidas al imaginarse una existencia sin ella.

De este modo, tortuoso, es como Claire Simon presenta la historia. Swann Arlaud es el encargado de ponerse en la piel de Yann en Quiero hablar sobre Duras, mientras que a Manceaux la interpreta Emmanuelle Devos. Duras no sale en el filme, pero está presente en todo momento, como una sombra, como un fantasma aún viviente, pero por poco tiempo ya.

Swann Arlaud y  Emmanuelle Devos en Quiero hablar sobre Duras.
Swann Arlaud y Emmanuelle Devos en Quiero hablar sobre Duras.

“Le voy a destruir para crearlo”, le dijo Marguerite a Lemée. Y lo hizo. Desde el nombre, hasta la forma de andar o de escribir. Esta transformación de Lemée en Andréa quedó patente en el mediometraje de Duras El hombre Atlántico, protagonizado por Yann y que tiene ese aire tan característico de la autora. Con voz en off que narra y personaje en cámara que es un sujeto pasivo la mayor parte del tiempo.

En Quiero hablar sobre Duras se pueden ver fotogramas de este mediometraje, de India Song y alguna escena detrás de cámaras en la que Marguerite da instrucciones a Yann siendo algo despiadada.

Ella se imponía a él, le imponía lo que tenía que hacer, lo que tenía que desear: vous ne désirez que moi. Este es el título original de Quiero hablar sobre Duras y se traduciría, más o menos, por solo me deseas a mí. Es decir, no eres homosexual porque solo puedes desearme a mí, tu deseo por los hombres no existe porque yo decido qué debes desear.

Gran parte de la conversación entre Andréa y Manceaux se centra en cómo él reprime su sexualidad y busca vías de escape que encajen con el modo de vida que lleva y con lo que Duras quiere para él.

Marguerite Duras y las relaciones de poder

Lo que muestra Quiero hablar sobre Duras es una relación de amor algo retorcida entre una mujer heterosexual y un hombre homosexual. Entre un fan y una estrella.

En ciertas ocasiones aparece la palabra sumisión, aupada por el problema de alcoholismo que padecía Duras y por la mala leche y la violencia que ello conllevaba. Era un cóctel molotov a punto de explotar.

Yann no solo era y fue el último amante de Marguerite Duras, fue su chófer, secretario, acompañante, discípulo, su chico para todo. Publicó algunos libros, todos sin ser tomados en serio por la crítica literaria, pues eran simplemente un reflejo de lo que Duras quería que escribiera. Ella lo gobernaba todo porque estaba en una posición de poder. No solo por ser quien era, sino por la gran diferencia de edad entre ambos.

Cuando comenzaron su idilio en 1980, él tenía 28 años y ella 66. Además, él estaba totalmente obnubilado por la obra de ella y por el personaje mediático que era. Se dejó arrastrar por la escritora a una existencia lago parasitaria, en la que no dudo que hubiera amor, pero este estaba salpicado de cierta toxicidad y algunos atenuantes que podían convertir la relación en un auténtico infierno.

Con la entrevista de Manceaux, que no se concibió principalmente para ser publicada, Yann pudo expresarse sin cortapisas y decir cómo se sentía. Eso sí, antes de hacer esta entrevista, recordemos que con una amiga de Duras, había consultado con ella el llevarla a cabo. Desprovisto casi por completo de voluntad, Yann no daba un paso que no estuviera supervisado por Marguerite.

Quizá por eso, cuando ella murió en 1996, a los 81 años, Yann se quedó sin su brújula y ya apenas salió del apartamento que la escritora le había dejado en Saint-Germain-Des-Prés. Casi no hablaba si no era necesario y desapareció envuelto en el mismo misticismo con el que vivió, rodeado por los tentáculos de quien fue su amada y a quien amó por encima de él mismo.

Quiero hablar sobre Duras.
Quiero hablar sobre Duras.

Quiero hablar sobre Duras: un filme testimonial

En la película de Claire Simon se nota su gran trayectoria como documentalista. Además, y aunque la directora lo niegue, ciertas escenas se dan un aire a aquellas que se pueden ver en películas de Duras como Le navire night o la mencionada India Song.

Simon se limita casi exclusivamente a ofrecer las partes más jugosas de la conversación entre Andréa y Manceaux, sin dar mucho contexto de primeras y yendo al grano. Esto es algo que puede confundir al espectador que vaya a ver Quiero hablar sobre Duras sin tener idea de quién era Yann o de la relación que pudo tener con Duras.

Simon es original al querer narrar la historia sin que sea una biografía romántica de Duras, quitarle el protagonismo a ella es un acierto y centrarse en Yann y sus deseos, entendemos, la mejor forma de que Quiero hablar sobre Duras sea fiel al libro publicado por su hermana en 2016 y que contiene la entrevista con Manceaux.

Para quien no conozca esta historia de romance tortuoso, que de ver en una ficción parecería inverosímil por todos los giros y detalles que tiene, puede sorprenderse con estos amantes que, de eso no cabe duda, se quisieron con una pasión que quizá no muchos experimentan y que, por eso mismo, es complicada de entender.