‘Uno de los nuestros’ y ‘Donnie Brasco’: del brillo de la mafia a la realidad del infiltrado

El cine de gángsters ha sido un género prolífico en Hollywood durante décadas. Aunque muchas películas se han centrado en el mundo del crimen organizado, pocas han conseguido retratarlo con tanta autenticidad y detalle como Uno de los nuestros y Donnie Brasco.

Ambas cintas, aunque diferentes en tono y narrativa, ofrecen una mirada íntima y a menudo cruda al mundo de la mafia. Sin embargo, ¿en qué se diferencian y en qué se parecen?

Póster de Uno de los nuestros.
Póster de Uno de los nuestros.
Póster de Donnie Brasco.
Póster de Donnie Brasco.

Narrativa: de la fascinación al peligro

Uno de los nuestros, dirigida por el maestro Martin Scorsese, nos sumerge en la vida de Henry Hill, un joven fascinado por el mundo del crimen que finalmente se convierte en uno de sus principales protagonistas. A través de su narración, somos testigos de los altibajos de la vida mafiosa, de la riqueza y el poder a la traición y el peligro. La película tiene un tono casi seductor al principio, mostrando el atractivo del mundo del crimen antes de revelar su verdadero costo.

En contraste, Donnie Brasco se centra en la historia de un agente del FBI, Joe Pistone (alias Donnie Brasco), que se infiltra en la mafia. A diferencia de Henry, Donnie/Joe no es atraído por el mundo del crimen, sino que está allí para exponerlo. Aunque también hay momentos de glamour, la película tiene un tono más sombrío, destacando los peligros y sacrificios personales de vivir una vida encubierta.

Personajes: un mundo de contrastes

La principal diferencia entre las dos películas radica en sus personajes principales. Mientras Henry es seducido por el mundo del crimen, viendo en él una oportunidad para una vida mejor, Donnie/Joe es un agente de la ley, un hombre con una misión que lucha por mantener su moralidad mientras se infiltra en un mundo de violencia y corrupción.

Ray Liotta es Henry Hill en Uno de los nuestros.
Ray Liotta es Henry Hill en Uno de los nuestros.

Ambas películas cuentan con actuaciones estelares. Ray Liotta, como Henry Hill, nos ofrece una visión de un hombre atrapado entre dos mundos, mientras que Al Pacino y Johnny Depp en Donnie Brasco ofrecen una dinámica fascinante de mentor-aprendiz, donde la lealtad y la traición están en constante juego.

Estilo y dirección: dos visiones únicas

Scorsese, conocido por su estilo distintivo y su habilidad para retratar el crimen organizado, utiliza una combinación de música, montaje rápido y narración para llevarnos a través de la vida de Henry. Hay una energía en Uno de los nuestros que es inconfundiblemente Scorsese, desde la famosa secuencia en plano secuencia en el Copacabana hasta la frenética edición de las últimas horas de Henry como gángster.

Por otro lado, Mike Newell en Donnie Brasco opta por un enfoque más pausado y meditado. Las tensiones se construyen lentamente, con escenas más prolongadas y una paleta de colores más oscura que refleja el tono más sombrío de la película.

Al Pacino y Johnny Depp en Donnie Brasco.
Al Pacino y Johnny Depp en Donnie Brasco.

La figura de la mujer en Uno de los nuestros y Donnie Brasco

Las mujeres en Uno de los nuestros: la sombra detrás de los tótems del crimen

Martin Scorsese es conocido por sus retratos crudos y auténticos del inframundo del crimen, y Uno de los nuestros no es la excepción. A pesar de que el film se centra en la vida de Henry Hill y su caída dentro de la mafia, hay una figura que a menudo se pasa por alto: Karen Hill, interpretada magistralmente por Lorraine Bracco.

Karen no es solo un personaje secundario en la vida de Henry; su transformación y adaptación al mundo del crimen es tan relevante como la de su esposo. Comenzamos viendo a una joven e inocente Karen, quien gradualmente se sumerge en un mundo de violencia, drogas y traiciones. En la icónica escena en la que Karen apunta con un arma a Henry, vemos cómo ha asumido un papel activo en este mundo, enfrentando directamente los peligros de la vida de un gángster.

Sin embargo, aunque Karen es fuerte y resuelta, también representa a las incontables mujeres que, a lo largo de la historia, se han visto atrapadas en las decisiones de sus parejas, sufriendo las consecuencias de una vida que no eligieron. Scorsese nos muestra que, a pesar de vivir en las sombras de estos hombres poderosos, las mujeres tienen sus propias historias, deseos y traumas.

Lorraine Bracco en Uno de los nuestros.
Lorraine Bracco en Uno de los nuestros.

Las mujeres en Donnie Brasco: la resistencia silenciosa

Mike Newell, en Donnie Brasco, nos sumerge en otro aspecto del mundo del crimen organizado, esta vez a través de la historia real de un agente del FBI que se infiltra en la mafia. A diferencia de Uno de los nuestros, la historia se centra más en la dualidad de la vida de Donnie/Joe y menos en las mujeres que lo rodean. Sin embargo, el papel de Maggie, interpretada por Anne Heche, es crucial para entender las tensiones y sacrificios que implica una vida encubierta.

Maggie es el pilar de su familia, una mujer que debe soportar la ausencia constante de su esposo y lidiar con los peligros y secretos de su doble vida. En la película, Maggie representa la fortaleza y la resistencia de las mujeres que, una vez más, deben cargar con el peso de las decisiones de sus parejas.

Aunque tiene menos tiempo en pantalla que Karen en Uno de los nuestros, Maggie es una figura simbólica de todas las mujeres que enfrentan la adversidad con coraje, protegiendo a sus seres queridos a toda costa. Su papel es un recordatorio de que detrás de cada hombre, ya sea gángster o héroe, hay una mujer que lucha en silencio y muchas veces ignorada.

Anne Heche en Donnie Brasco.
Anne Heche en Donnie Brasco.

Revaluando el papel de la mujer en el cine de gángsters

Ambas películas, aunque centradas en la vida de los hombres, ofrecen retratos profundos y multidimensionales de las mujeres que los rodean. Ya sea adaptándose al peligroso mundo del crimen o enfrentando los desafíos de una vida encubierta, las mujeres en Uno de los nuestros y Donnie Brasco desafían los estereotipos tradicionales y nos muestran la verdadera fortaleza que a menudo se encuentra en las sombras.

El cine de gángsters ha sido tradicionalmente dominado por figuras masculinas, pero al prestar atención a personajes como Karen y Maggie, podemos comenzar a apreciar la complejidad y profundidad de las historias femeninas dentro de este género. Es esencial reconocer y celebrar estos roles, no solo para reevaluar nuestra percepción del género, sino para dar a las mujeres la representación que se merecen en todas las facetas del cine.

Robert De Niro y Al Pacino: dos titanes en estado de gracia

En el vasto mundo del cine de gángsters, hay dos actores que han dejado huella en más de una ocasión: Robert De Niro y Al Pacino. Estos dos titanes del cine no solo han colaborado en múltiples proyectos (algunos más afortunados que otros…), sino que también han dado vida a algunos de los personajes más icónicos del género. Al centrarnos en Uno de los nuestros y Donnie Brasco, vemos cómo ambos actores proporcionan interpretaciones magistrales, aunque en roles distintos y contextos diferentes.

Robert De Niro en Uno de los nuestros

Aunque la narración de Uno de los nuestros sigue principalmente a Henry Hill, interpretado por Ray Liotta, es imposible no notar la magnética presencia de Robert De Niro como Jimmy Conway. Conway es un gángster experimentado y, bajo la interpretación de De Niro, se convierte en un personaje complejo: es carismático y encantador, pero también es calculador y, a veces, brutalmente violento. De Niro, con su capacidad innata para aportar profundidad y humanidad a sus personajes, logra que el público sienta empatía por Jimmy, incluso cuando sus acciones podrían decir lo contrario.

La actuación de De Niro en Uno de los nuestros es una muestra más de su capacidad para adentrarse en los matices de sus personajes, haciendo que los espectadores se sientan atraídos por ellos, independientemente de sus acciones en pantalla.

Robert De Niro en Uno de los nuestros.
Robert De Niro en Uno de los nuestros.

Al Pacino en Donnie Brasco

Al Pacino, por otro lado, interpreta a Benjamin “Lefty” Ruggiero en Donnie Brasco. Lefty es un veterano mafioso, alguien que ha vivido toda su vida en el mundo del crimen y, a diferencia de los roles más dominantes y enérgicos de Pacino en otras películas como El Padrino o Scarface, aquí vemos a un hombre más vulnerable, a veces incluso desesperado. Pacino ofrece una interpretación llena de matices, mostrando a un hombre atrapado en un sistema, a menudo desilusionado con la vida que ha elegido pero incapaz de abandonarla.

Lo que hace que la actuación de Pacino en Donnie Brasco sea tan memorable es su relación con el personaje de Johnny Depp, Donnie Brasco/Joe Pistone. Pacino logra retratar a un hombre que ve en Donnie a un sustituto de hijo, con todas las complejidades emocionales que eso conlleva. Es esta relación y la actuación de Pacino lo que da corazón a la película, llevando a los espectadores a través de un viaje emocional a medida que se desarrolla la trama.

Al Pacino en Donnie Brasco.
Al Pacino en Donnie Brasco.

De Niro y Pacino: leyendas

Tanto Robert De Niro como Al Pacino han dejado huella en el cine de gángsters, y sus actuaciones en Uno de los nuestros y Donnie Brasco son testimonio de su inmenso talento y capacidad para traer a la vida personajes complejos y multidimensionales. A través de sus roles en estas películas, ambos actores ofrecen una masterclass de arte dramático, mostrando cómo se deben retratar personajes con profundidad y humanidad, independientemente de las circunstancias en las que se encuentren.

Bandas sonoras: Retratando épocas y emociones

Las películas no solo nos transmiten a través de sus imágenes o diálogos, la música juega un papel fundamental en la construcción de la narrativa, en la evocación de emociones y en el establecimiento del tono y la atmósfera. Uno de los nuestros y Donnie Brasco no son la excepción, y sus bandas sonoras son piezas claves en la configuración de sus respectivas narrativas.

La era y la emoción en Uno de los nuestros

Dirigida por Martin Scorsese, Uno de los nuestros tiene una banda sonora que es tanto una cápsula del tiempo como un motor emocional. La música se utiliza para ilustrar la evolución temporal de la película, que abarca varias décadas. Desde la arrolladora Rags to Riches de Tony Bennett hasta la inolvidable Layla (Piano Exit) de Derek and the Dominos, la selección musical de Scorsese no es sólo ambiental, sino también narrativa.

Canciones icónicas de diversas épocas se entrelazan con los momentos clave de la vida de Henry Hill. Scorsese, conocido por su pasión por la música, utiliza estas piezas no sólo para situar al espectador en un momento específico, sino también para subrayar las emociones y tensiones de las escenas.

Inmersión en el submundo de Donnie Brasco

Mientras que Uno de los nuestros utiliza su música para llevarnos a través de las décadas, Donnie Brasco, dirigida por Mike Newell, utiliza su banda sonora de una manera más sutil pero igualmente efectiva. La película se sumerge en el mundo del crimen organizado de la década de 1970, y su banda sonora, compuesta por Patrick Doyle, refleja esto con un tono más melancólico y a veces tenso.

Aunque la música original de Doyle es predominante, las pocas canciones seleccionadas de la época, como Sunshine of Your Love de Cream, ayudan a anclar la película en su tiempo y lugar específicos. La banda sonora de Donnie Brasco no es tanto una exhibición de hits de época como un paisaje sonoro que refleja la dualidad y el conflicto interno del personaje principal.

Las bandas sonoras de Uno de los nuestros y Donnie Brasco demuestran cómo la música puede ser utilizada no sólo como fondo, sino como un elemento crucial de narración y construcción de atmósfera. Ambas películas, a través de sus respectivas selecciones y composiciones musicales, ofrecen una inmersión en sus mundos, guiando al espectador a través de las emociones y los tiempos retratados en pantalla.

Conclusión: dos caras de la misma moneda

Tanto Uno de los nuestros como Donnie Brasco ofrecen retratos inolvidables del mundo del crimen organizado. Aunque aborden el tema desde perspectivas diferentes, ambas películas destacan los costos humanos de la vida dentro de la mafia.

Mientras que una nos muestra la caída de un hombre seducido por el poder y el glamour, la otra nos muestra el sacrificio y la tensión de vivir una doble vida en un mundo lleno de peligros. Juntas, estas películas ofrecen una visión completa, realista y matizada de un mundo que, a menudo, es glamorizado en la pantalla grande.