‘Art Brut’, de Prince y Morazzo: el comienzo de una obra de arte
Art Brut es el último gran descubrimiento en el mundo del cómic que nos dejó el pasado año 2022.
Oscuro, irreverente, y tremendamente original, recuerda a aquella Doom Patrol de principios de los años 90. Solo que esta vez el desvarío corre a cargo de Image Comics. Y lo mejor de todo, es que apenas acaba de comenzar.
Arte en bruto
Jean Dubuffet era hijo de unos vendedores de vino en la Francia de principios del siglo XX. No fue hasta 1942, cuando contaba ya con la respetable edad de 41 años, que decidió dedicarse al arte como medio de vida, además de expresión.
Su obra era de una belleza brutal, con la experimentación como principal rasgo característico. Para él, los materiales que utilizaba estaban provistos de una especie de magia, dotada de voluntad propia.
Desde el comienzo de su carrera artística, Dubuffet estuvo fascinado por el trabajo de artistas sin nombre, el producto de imaginaciones prolíficas, sin las acotaciones propias de lo académico: grafiteros, tatuadores, espiritistas, enfermos mentales, individuos marginados socialmente por diversos motivos, etc. En su opinión, los exabruptos de estas personas eran mucho más apasionadas y estaban más vivas que la mayoría de obras expuestas en los museos.
Y a este tipo de arte, al filo de la cordura, tuvo a bien nombrar como “art brut”. “Brut” en el sentido de “bruto” o “crudo”, pero también tan refinado y digno de reconocimiento como el mejor champán.
Y el espíritu de Dubuffet impregna el título y las páginas de este cómic, mezclado con un gusto por la violencia tarantinesca, elementos de intriga policíaca, clichés habituales de la Edad de Plata de la historieta de superhéroes, y una dosis de humor absurdo sin diluir.
Art Brut: al otro lado del lienzo
La historia comienza en el Louvre de París, cuando un grupo de turistas se dispone a contemplar la famosa Gioconda de Da Vinci. Cuando el guía se gira hacia el cuadro, comprueba con horror que la Monna Lisa tiene un ojo guiñado.
Este hecho desencadenó en una larga lista de trágicos acontecimientos relacionados con el arte: un coleccionista de naturalezas muertas de Cézanne que se saca un ojo con un tenedor antes de suicidarse, unos padres que asesinan a sus hijos hundiéndolos en bronce candente en nombre del dadaísmo, un hombre que vuela un colegio entero consigo dentro con el pretexto de borrarlo todo… Y todos ellos aparecen firmados por la figura esquemática de una cara con gesto neutro y guiñando un ojo.
Cuando el Buró de Integridad Artística toma conciencia de ello, solo les queda una cosa por hacer: contactar a Arthur “Art” Brut, el llamado Mad Dreampainter (Loco Pintor de Sueños). De modo que Margot Breslin, la directora del buró, acude al sanatorio mental donde permanece encerrado Art y le pone al corriente de lo sucedido.
Así que dicho y hecho. Art pone rumbo a París con la ayuda de Manny, su pequeño muñeco de madera articulado que cobra vida una vez que ambos se introducen, como por arte de magia, en “el mundo detrás del lienzo”.
Las mentes tras Art Brut: Maxwell Prince y Martín Morazzo
En cuanto a los villanos, el primer número de Art Brut no revela demasiado al respecto, a excepción de un grupo de hombres armados que montan una sangría en el Louvre, liderados por un tipo especialmente parecido a Andy Warhol. Sí, este es el nivel.
Por otro lado, se nos presenta a un niño que ingresa en un hospital para enfermos de autismo, que se expresa mayormente a través de los dibujos que realiza en un cuaderno. El problema es que todo aquello que dibuja, o está ya muerto o muere.
Para desentrañar el misterio de la Gioconda con un ojo guiñado, así como para descubrir más acerca de Art Brut y sus estrafalarios enemigos, habrá que seguir leyendo.
Y es que el primer volumen de esta historia se presupone de cuatro números de los cuales solo ha sido publicado uno el 14 de diciembre del año pasado. Y tiene pinta de ser una de las series más estrafalariamente divertidas a las cuales sumarse desde el mismo principio.
El equipo creativo tras esta violenta locura está compuesto por el estadounidense W. Maxwell Prince a los guiones y el argentino Martín Morazzo en el dibujo. Este es el núcleo duro que produjo Ice Cream Man, otra ida de olla terrorífica que comenzó su andadura en 2018 y continúa desarrollándose. A ellos se suma el brasileño Mat Lopes a los colores, que ya realizó un trabajo sobresaliente en Supergirl: la mujer del mañana, junto a Tom King y Bilquis Evely.
Art Brut de momento solo puede ser leído en inglés, y en nuestro país solo puede conseguirse en formato digital. Sin embargo, teniendo en cuenta que otros títulos exitosos de Image Comics (tales como Spawn, Saga, Sex Criminals, o Deadly Class) han sido publicados en español, cruzamos los dedos para que este cómic no sea una excepción.