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Entrevista a Celia de Molina: La comedia más universal

Hubo una época en la que veía muchas web series. En la segunda década de los 2000 proliferaban de todo tipo y calidad. Ya en 2008, David Sainz y su serie Malviviendo rompieron moldes y récords de visionados en un YouTube muy diferente al que tenemos hoy. Cuando pensaba que ya lo había visto todo, vi el primer episodio de El Antivlog, de Celia de Molina.

Su web serie consiguió sacarme una combinación de sonrisas mezcladas con vergüenza ajena extremadamente adictivas.

No la conocía y me sorprendió su osadía, desparpajo, talento y naturalidad. Su atrevida comedia y su mundo tan particular parecían no tener límites. Celia de Molina se descubrió como un nombre al que seguir y tener muy en cuenta.

A Celia la hemos podido ver en películas como Cómo sobrevivir a una despedida o, entre otras, las series, El vecino, Gente hablando o la reciente, Reyes de la noche.

Acaba de finalizar su estancia en las Residencias de la Academia de Cine, y tiene un interesante y atrevido proyecto entre manos en el que la podremos ver más auténtica que nunca. Quedamos a la espera de ver su prometedora ópera prima.

Hablamos con Celia de Molina

– ¿Dónde estudiaste?

En la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga estudié los primeros tres años de arte dramático, después pedí un traslado y acabé la carrera en la E.S.A.D. de Sevilla. ¡Andaluza! (risas).

– ¿Cómo ha sido tu experiencia en las Residencias Academia de Cine?

Ha sido una maravilla. Se la recomiendo a todo el mundo que pueda y que tenga interés en contra historias porque es genial.

Es una experiencia maravillosa. Durante un año escolar te pagan por escribir tu idea, que eso ya mola y además tienes asesores de la industria que mentorizan tu proyecto. A mí me tocó con Anna Costa, que la amo.

Tienes encuentros con directores, guionistas, distribuidores, productores… Al ser la Academia de Cine son encuentros de nivel. Mola muchísimo.

Lo mejor de todo es que estás con 18 o 19 compañeros más, cada uno con un proyecto súper diferente que no tiene nada que ver con otro. Compartir con otros tu proyecto y tu ilusión y que estén en el mismo lugar que tú es genial. La sinergia que se crea entre nosotros, la ayuda que nos damos… es maravilloso. Lo mejor de todo, los compañeros.

– ¿Qué nos puedes contar de tu futura película?

La película de la Residencia es una comedia gamberra. Tiene que ver con cómo me enfrenté al momento en el que di a luz a mi hijo. A cuando me di cuenta de que nada de lo que me habían enseñado durante toda mi vida tenía nada que ver con lo que viví y sentí que me habían engañado. Y mira que me habían enseñado a ser madre, cuando yo tenía dos años no sabía hablar, pero ya le cambiaba el pañal a mi Nenuco…

La peli nace de una serie que escribí y que se llamaba Post Party. Hablaba de lo que es el post parto: una fiesta horrible. En uno de los lugares donde fui a venderla, me dijeron que estaba guay, pero que no era universal.

A partir de ahí creé la peli, No es universal. Una comedia ácida y canalla sobre qué consideramos universal y qué no. Tiene que ver con que todas las cosas que las mujeres sentimos, que nos ocurren y que son cotidianas en nuestra vida, no son universales.

Cuando me dijeron que la serie no era universal tenían razón, porque no se ha contado. No hay series o películas sobre la regla o casi no hay sobre parir. Pero a la vez, sí que lo era, porque nos pasa a todas.

Ahora estoy cerrando la primera versión de guion de la película. En cuanto la tenga decidiré con cuál de las productoras interesadas me caso.

Lo “malo” es que ahora estoy trabajando como guionista en un proyecto para El Terrat, y no tengo mucho tiempo.

– ¿Te volveremos a ver como actriz en No es universal?

Sí, el personaje tiene tanto que ver conmigo y con mi forma de ver el mundo… El personaje soy yo. Si no estuviera, alguien tendría que hacer de mí.

También estará mi hermana, por supuesto, así están la actriz universal y la no universal (risas).

Celia de Molina con su hermana Natalia de Molina
Celia de Molina con su hermana, Natalia de Molina en el segundo aniversario de La llamada.

– ¿Siempre quisiste dirigir?

Creo que, en el fondo, sí. Esto tiene que ver mucho con los referentes, de lo que nos quejamos mucho las mujeres. No tenía referentes. No sé por qué pensé que ser actriz podría ser la salida para contar mis historias.

Siempre he sido la payasa de la casa y en mi familia también hay actores, pero en el fondo, creo que soy más creadora. Me gusta más contar mi forma de ver el mundo, la comedia y lo absurdo que me parece todo.

El Antivlog habla mucho de mí como creadora, era una forma de reírme de todo. De lo que significa ser mujer hoy en día. Todo es muy absurdo.

– ¿Que nos puedes contar de tu webserie El Antivlog?

El Antivlog ha sido de las experiencias más bonitas de mi vida. Siempre he escrito historias, he creado y he hecho mi mundo puertas para adentro, pero con El Antivlog fue la primera vez que lo hice a nivel profesional.

Fue la primera vez que expresé mi forma de sentirme en el mundo, desde la comedia y la parodia y la verdad es que tuvo mucho éxito. Me rodeé de gente muy buena y fue maravilloso.

Cuando finalizó dio la sensación de que se quedó ahí, en tierra de nadie, pero acabando muy alto, porque acabé con Bayona viniendo a mi casa y yéndome con él a Los Ángeles. Lo malo es que nunca vimos cómo volvió la antiblogger de Los Ángeles después de esa experiencia.

Natalia de Molina, Juan Antonio Bayona y Celia de Molina en el último episodio de El Antivlog.
Natalia de Molina, Juan Antonio Bayona y Celia de Molina en el último episodio de El Antivlog.

Después del éxito de El Antivlog, desarrollé un proyecto de serie que continuaba la historia, que era mejor e incluso más divertida. Durante mucho tiempo intenté venderla, pero nadie la compró. Fue un jarro de agua fría.

El Antivlog, funcionó muy bien, gustó mucho, pero no terminó de cuajar. Nadie se arriesgó con la continuación. Para mí era importante que diera un paso más y que pudiera cobrar por ello. Así de loca estoy, que creo que puedo cobrar por mi trabajo (risas).

Pero bueno, algún día volverá, todo será cuando tenga que ser.

– Como cómica, ¿qué opinas de las declaraciones de la directora de la Chocita del Loro de que el humor de las mujeres es de víctimas o feminista?

(Risas), no me salen ni las palabras. En representación de las mujeres machistas tenemos a la directora de la Chocita del Loro. A mí me daría vergüenza decir algo así. No sé qué entiende ella por comedia.

La comedia desde que el mundo es mundo no ha sido otra cosa que ponerse en el lugar del vulnerable o hablar de lo que te sucede, de lo que te ocurre. ¿Qué hace Woody Allen cuando hace comedia?

Para mí la comedia son palabras mayores. La comedia es una palabra sagrada que significa sacar tus miserias y sacar tu verdad de abajo a arriba, no de arriba abajo.

Ella y yo somos de dos mundos completamente diferentes. No nos entenderíamos nada. Pero ella y yo hablando con una cámara delante sería bastante cómico.

Celia de Molina.

– ¿Cómo ves la figura de la mujer en el mundo del cine?

Siento que se ha avanzado, pero esto que digo lo cojo con pinzas, porque eso no significa que ya lo hayamos conseguido, como ese discurso tóxico que dice: “ahora es muy fácil, solo con ser mujer…” No, no y no. Queda muchísimo.

Que en 2019 me digan hombres que han salido de una vagina que una serie sobre el post parto no es universal, es un ejemplo. Llegué a pensar que el problema era yo, que algo estaba haciendo mal, que no estaba bien escrita, pero después piensas: ¿Cuántas series de comedia escritas y dirigidas por mujeres hay? Prácticamente ninguna. Se cierran las puertas. Te las cierran en la cara.

Dicen, “es que las mujeres solo habláis de vosotras”, ¿y de qué hablan los hombres? ¿De qué habla Berto en su serie? De ser padre ¿De qué habla Ignatius en su serie? Pues de lo que para él es ser Ignatius.

Y no olvidemos la presión física a la que nos vemos sometidas. En este país muchas mujeres que no son increíblemente guapas tienen que estar como secundarias, reparto o de amiga graciosa. Cosa que con el hombre no pasa, porque se puede ser feo y ser el protagonista. A nosotras nos condiciona mucho nuestro físico.

Hay un porcentaje de mujeres bellísimas a las que la industria les da paso. Más que a otro tipo de cánones. Hay que estar buenísima.

Siempre hay excepciones y hay diosas que además de muy guapas también son muy talentosas, pero sea como sea, en la vida real no es así. La gente normal no es así.

Celia de Molina.
Celia de Molina.

Yo reivindico que, si Javier Gutiérrez puede ser protagonista, yo también. ¿Javier Cámara puede serlo? Pues yo también. Antonio de la torre, con todos mis respetos, pero, a ver, ¡que son gente normal! Veo a Antonio de la Torre y veo a mi primo el del pueblo, o lo puedo ver por la calle, pero por la calle no veo a Úrsula Corberó.

Los hombres, cuando veis una película, os sentís reconocidos en ellas, pero a nosotras nos pasa lo contrario. Nos colocan un espejo tan alejado de nosotras, tan irreal, que nos hace sufrir. Nos hace buscar cómo parecernos, operándonos, poniendo o quitando. Los hombres vais más tranquilos. La historia la habéis contado vosotros y, siendo muy listos, habéis puesto, gordos, altos, bajos, calvos… de todas las maneras.

Como la historia la habéis contado vosotros soléis poner a la mujer como un pibón y luego, eso mismo, se extrapola y lo acabas viendo en la calle…

Hay que crear nuevos espejos en el que mirarnos, nuevos referentes.

– ¿Qué opinas sobre la decisión del Festival de San Sebastián de quitar el género al premio de mejor interpretación?

La medida podría tener sentido, pero como ahora mismo no hay igualdad, es un paso muy grande que invisibiliza la realidad en la que estamos. El 80% de las películas las protagonizan hombres y el 20% mujeres. Es una diferencia demasiado grande. No se llega a optar al premio desde el mismo lugar.

Es una medida desigual que invisibiliza el problema. El porcentaje más alto de guionistas son hombres y los personajes protagonistas más ricos y complejos son hombres, porque los escriben ellos.

Entiendo el sentido de la medida, pero no es el momento. Estamos muy lejos de una igualdad real.

– ¿Qué sueños te quedan por cumplir?

Muchísimos. Soy muy curiosa. Creo que tengo sueños que ni siquiera sé que tengo. Sueños menos filosóficos y más pragmáticos serían: hacer mi peli, poderla llevar al cine y/o plataformas y seguir haciendo realidad mis creaciones. Me haría muy feliz.

Cuestionario Furioso de Celia de Molina

Película favorita: Mamma Roma de Pier Paolo Pasolini.

Serie favorita: Better Things de HBO.

Libro favorito: Me encantó La conjura de los necios de John Kennedy Toole y en los últimos tiempos me ha marcado mucho Panza de burro de Andrea Abreu.

Cómic favorito: Valentina.

Cantante, grupo o músico favorito: Amy Winehouse.

Artista plástico favorito: Edward Hopper.

Miedo tecnológico: Perder todo lo que tengo escrito.