Sitges 2021: ‘Mona Lisa and the Blood Moon’, decepción inaugural
Ana Lily Amirpour es la encargada de dar el pistoletazo de salida del Festival de Cine de Sitges con su nueva película, Mona Lisa and the Blood Moon.
Su comienzo fue prometedor, Mona Lisa Lee, el personaje interpretado por Jeon Jong-seo (Burning) se encuentra en una especie de centro de gente extremadamente peligrosa vestida con una camisa de fuerza. Cantando la canción que hizo famosa Nat King Cole sobre Mona Lisa, se acerca una esteticista a su habitación/celda con la intención de hacerle la manicura en los pies. Esa mujer se comporta de forma desagradable con ella y Mona Lisa nos sorprende al mostrar poderes psíquicos de dominación mental con los que librarse de su cautiverio y castigar a los que no se porten bien con ella.
No es muy original, pero por lo bien rodado que está su comienzo y los misterios que parece esconder Mona Lisa, todo nos hace suponer que la película será toda una fiesta.
Lo intenta, pero no lo consigue.
Mona Lisa, que en algún momento parece estar rodada por el Harmony Korine de Spring Breakers, nos enseña una New Orleans en la que su barrio francés ahora parece más una mezcla de la fiesta de los muertos Mexicana y las calles de Taxi Driver en las que Travis Bickle impartía justicia a los proxenetas, que la Nueva Orleans mística con olor a especias y rincones llenos de brujería que conocíamos.
Precisamente es en esas calles, en un antro de striptease concretamente, donde encontramos lo mejor de la película: el renacimiento de una Kate Hudson (Casi famosos) en un personaje que nos vuelve a hacer disfrutar de un talento que parecía haber perdido.
El resurgir de Kate Hudson
Bonnie Belle es el personaje que interpreta Kate Hudson, una arquetípica madre soltera stripper que solo sabe meterse en problemas. Un personaje que también hemos visto en infinidad de ocasiones pero que ella se encarga de darle la personalidad y particularidades necesarias para que no sea uno más y resalte por encima del resto.
Hudson borda uno de esos personajes secundarios que deberían haber sido protagonistas ya que tanto ella como el camello interpretado por el Ed Skrein (Alita) son los únicos de los que te apetece conocer más.
Stranger Things en New Orleans
Desde Stranger Things hemos visto como proliferaban los personajes de chicas con poderes psíquicos que Brian de Palma y Stephen King con su Carrie lanzaron a la fama.
Muchas son las películas que funcionan desde esa premisa. Algunas destacan más que otras, pero ya empieza a cansar que no dejen de utilizar a este tipo de personajes de características idénticas: misterioso pasado, problemas de comunicación, vacíos en la memoria, poderes mentales incontrolados utilizados de forma estúpida y poco creativa, dificultad para discernir entre el bien y el mal y, como no, personajes a los que siempre acaban persiguiendo.
Mona Lisa es uno de eso personajes. No innova en nada, incluso empatiza con un niño, el hijo de Bonnie Belle, otro lugar común de ese modelo de personaje.
Además, Ana Lily Amirpour no nos cuenta nada del supuesto pasado misterioso de su protagonista, lo que hace que perdamos el interés en ella antes de llegar a la mitad de la película.
Cuando presentó a Mona Lisa en el centro en el que estaba encerrada, parecía que sus poderes los utilizaría de forma violenta y sorprendente.
Pues ni una cosa ni la otra.
Hay un policía que persigue a Mona Lisa (no podía faltar), lo interpreta correctamente Craig Robinson (Superfumados), pero como el resto de la peli se acaba desdibujando.
Ana Lily Amirpour y Mona Lisa and the Blood Moon
Ana Lily Amirpour tuvo un debut fantástico en su excelente peli de vampiros, A Girl Walk Home Alone at Night. En su siguiente film, The Bad Batch, nos mostró un mundo postapocalíptico de aire pop a lo Tank Girl que nos hizo pensar que nos encontrábamos con una nueva autora con mucho que contar y un imaginario más que interesante.
Por desgracia, esta Mona Lisa and the Blood Moon es un paso atrás en su incipiente carrera. Su última película (que parece que tendrá continuación) es un pastiche de colores y formas sin fondo ni contenido. Lejos está del riesgo mostrado en sus anteriores films.
Esperemos que en algún momento de su periplo festivalero, y bajo la luz de la luna de sangre de su película, se de cuenta de que lo convencional y las historias contadas mil veces no es lo que se espera de una directora con su talento y la personal mirada que demostró tener.
Saludos furiosos.