‘The Sandman’: Preludio (Parte 0)

Imagina un lugar cuya realidad está hecha de la materia que nunca consideramos como tal. A veces se habla del material del que están hechos los sueños, pero el reino de The Sandman está hecho de los sueños mismos.

– Rose: Oye, seas quien seas, ¿sabes qué decía Freud de los sueños en los que se vuela? Significa que en realidad sueñas sobre sexo.

– Morfeo: ¿De veras? Entonces los sueños sexuales, ¿qué significan?

The Sandman

Neil Gaiman, su creador y guionista, está considerado por muchos uno de los mejores guionistas de cómic americano actual, aunque, como Alan Moore (otro gran guionista), sea británico.

El cómic de The Sandman, su obra más popular, trata de dioses, pesadillas, chicas que hacen ranitas de colores… Pero sobre todo de historias, la verdadera esencia de los sueños y por lo tanto la de nuestro protagonista. Sueño, The Sandman, el Hombre de la Arena, ese duende que te echa arena sobre los ojos cuando estás en la cama antes de dormirte, dándote sueños o pesadillas; la que nos tenemos que quitar de los ojos al despertar.

The Sandman y su arena de sueños.
The Sandman y su arena de sueños.

Como podéis imaginar, no es ningún cómic de superhéroes. Además, The Sandman no es ningún duendecillo: es Morfeo, Sueño de los Eternos, miembro de una familia disfuncional de siete Hermanos. Ellos son todo aquello que somos: Sueño, los mellizos Deseo y Desespero, Destino, Destrucción, y Delirio, – cuya tragedia secreta es haber sido Delicia-. Y Muerte.

Sus juegos, peleas, reconciliaciones y frustraciones influyen directamente sobre los reinos de que son responsables, mientras intentan cumplir con sus tareas, y en medio, las historias de los simples mortales como tú y como yo… porque Sueño también es el Señor de las Historias. Y todos entramos y salimos constantemente en los dominios de los Eternos…

Morfeo y sus hermanos. Según las manecillas de un reloj, Destrucción, Deseo, Delirio, Desespero, Muerte y Destino.
Morfeo y sus hermanos. Según las manecillas de un reloj, Destrucción, Deseo, Delirio, Desespero, Muerte y Destino.

Oscuridad, magia y verdad

The Sandman comienza siendo una serie gótica y muy oscura, para convertirse gradualmente en una fábula de un lirismo arrollador, onírico, que no pierde de vista las realidades más básicas del ser humano, las historias cotidianas en las que el Sueño no es más que otro nivel de la realidad; cada historia puede leerse de forma independiente, y sin embargo todas son un relato coral, gracias a un elenco de carismáticos personajes que no deja de aparecer y aumentar de capítulo en capítulo, que se nos hacen familiares, y en cuyos sentimientos nos vemos reflejados.

Cuenta alegorías sobre nosotros mismos, y recupera el placer de sentir que nos están contando un cuento de hadas clásico. The Sandman no es un edulcorado refrito para niños, sino uno de aquellos que los hombres se contaban en las cavernas al amparo del fuego, lleno de nuestras inquietudes, deseos, miedos y sueños, donde la realidad puede ser oscura y terrible, y no siempre se escapa vivo o triunfante de ella, pero en el que la esperanza brilla con el doble de intensidad cuando hace acto de presencia, proporcionándonos los únicos tímidos finales felices de que disponemos.

Pero, ¿qué más voy a contarte yo del Sueño?

Tú lo conoces perfectamente. Entras allí todas las noches.

El reino de The Sandman

¿Te acuerdas de ese cielo púrpura con el que soñaste ayer? Probablemente lo pintó Merv, el operario gruñón con cabeza de calabaza que prepara la tramoya de todos los sueños…

¿Alguna vez has despertado con la sensación de haber olvidado algo muy importante, un sueño especial que deseas desesperadamente recordar? Seguramente visitaste la Casa de los Secretos de Abel en vez de la de los Misterios de Caín, protagonistas de la primera Historia, y Caín tuvo que volver a matar a su hermano para que olvidaras.

Y alguna noche, todos los soñadores lo hacen al menos una vez, has entrado en el palacio de Sueño y has compartido una copa de vino con el Señor de las Historias, contemplando su rostro pálido y sus ojos como pozos de estrellas; pero olvidaste su rostro al despertar. ¿Tal vez aún no lo has hecho? ¿Te has entretenido en la periferia del Sueño? Entonces ven; te están invitando: deja que te guíe Mathew el cuervo… no le pises el alabastro recién fregado a Nuala, por favor.

Marv y Lucien
Marv y Lucien. The Sandman.

No dejes de visitar la Biblioteca de Lucien, donde están todas las obras que alguien soñó hacer alguna vez, incluyendo las tuyas : La novela de misterio que te iba a hacer rico y jamás hiciste por falta de tiempo (le tienes que cambiar el título, ese no es muy pegadizo), o La Venganza de Dártagnan de Dumas, el texto completo de Werther, 30 canciones desesperadas y un poema de amor de Neruda…. Hasta hay alguna mía. Échale un vistazo si quieres.

O visita el Campo del Violín, el corazón del Sueño, un lugar que camina y habla como una persona…. ¡qué diablos!, visítalos todos; el Sueño tiene varios corazones.

Y cuidado con las pesadillas. Hay muchas.

The Sandman: Otros reinos

¿Qué? ¿Te acobardas? ¿Son mejores acaso otros reinos?

El de Delirio tiene sus momentos, con su olor a cuero viejo y vino rancio, y a noches sin dormir.

A veces has creído que el mejor de todos era el de Deseo, ni hombre ni mujer, sino todo cuanto necesitas, todo cuanto deseas…. sólo para descubrir que es el más cruel de los Eternos.

Hermano gemelo de Desespero, a cuyo reino todos los espejos son ventanas en alguno u otro momento. ¿Te acuerdas de ese día en el que la viste en tu reflejo?… ¿Ves? tú que ya has sentido su anillo en forma de anzuelo clavarse en tu corazón… ¿de qué tienes miedo?

Destrucción ha renunciado a su cargo, no le necesitamos para destruirnos.

Destino es ciego y no proyecta sombra, sólo lee lo que está escrito en su libro, que lo contiene todo.

Y Muerte, que es la última… bueno, a ella ya la verás, no hay prisa. No te preocupes. Es la más sensata de los Siete, y la más simpática. Siempre tiene un momento para hablar contigo. Solo que éste será el último.

Muerte dibujada por Chris Bachalo.

Te habrán recomendado millones de obras, diciéndote maravillas de ellas; cosas que luego, por tus mismas expectativas, no han llegado a la altura. No es el caso de The Sandman. Si lees al menos dos tomos de él, comprenderás lo que quiero decir. The Sandman es diferente, desde su concepto hasta el apartado gráfico (Disfrutad de los inigualables y originales collage de las portadas de Dave McKean, el único ilustrador que ha ganado un premio por su trabajo en una serie sin haber mostrado jamás en ellas el rostro de su protagonista).

¿A qué esperas para unirte al Sueño?

-Muerte: ¿Sabes qué dicen que tienes si les echas demasiadas migas? – (silencio) – ¡Palomas gordas!! Lo dicen en Mary Poppins. Me encanta esa película. ¿La has visto?

– Morfeo (serio): No.

– Muerte: Hay un tipo que es un banquero forrado, y no tiene tiempo para su familia, para vivir. Y Mary Poppins baja de las nubes y le enseña lo que es realmente importante. Divertirse. Hacer volar cometas. Una peli muy bonita. No será del gusto de todos, pero ya sabes…el acento inglés de Dick Van Dyke es totalmente increíble.

The Sandman
Morfeo, Muerte y las palomas. The Sandman
Morfeo, Muerte y las palomas.

Ω

Clip de la película Mirrormask de Gaiman/McKean: Helena en el vestidor de las Princesas Oscuras arrullada por una singular versión del Close to You. Los elementos oníricos y estéticos vertidos en The Sandman rebosan, también, en esta escena. Disfrutadlo.

AQUÍ puedes leer The Sandman: Preludios y nocturnos (Parte 1)

Pincha AQUÍ para leer The Sandman: La casa de muñecas (Parte 2)

Pincha AQUÍ para leer The Sandman: País de sueños (Parte 3)

Dale AQUÍ para leer The Sandman: Estación de nieblas (Parte 4)

Dale AQUÍ para leer The Sandman: Juego a ser tú (Parte 5)

Pincha AQUÍ para leer The Sandman: Fábulas y reflejos (1/2 Parte 6)

Pincha AQUÍ para leer The Sandman: Fábulas y reflejos (2/2 Parte 6)

Clica AQUÍ para leer The Sandman: Vidas Breves (Parte 7)

Clica AQUÍ para leer The Sandman: El fin de los mundos (Parte 8)

AQUÍ puedes leer The Sandman: Las benévolas (Parte 9)