Orgullo 2025: ¿Rainbow Washing o avances reales? el audiovisual y el orgullo LGBTIQ+
El mes del orgullo LGBTIQ+ es una fecha popular a nivel internacional, con el día 28 de junio como día clave internacional para reivindicar los derechos del colectivo. Miles de marcas publicitarias, cadenas de televisión, programas, instituciones, etc., se convierten en adalid del colectivo durante estos días, pero ¿es todo un lavado de cara temporal o realmente mantienen estos valores el resto del año? Las series de TV y las películas también se han sumado a esta ola en los últimos años y, por lo tanto, ahora cabe preguntarse ¿rainbow washing o avance real?
Orgullo 2025: El arcoíris sobre el nublado panorama social actual
Para que el arcoíris sea visible es necesario que haya un rayo de luz que atraviese todas las nubes y lluvia que copan el cielo. Por ese motivo, el colectivo diverso y multicolor es utilizado en miles de ocasiones como una forma de lavar la imagen de ciertas instituciones y empresas ante una realidad mucho más oscura. Desde Estados Unidos o Reino Unido llegan noticias estremecedoras que anuncian un retroceso en derechos bestial, particularmente, respecto al colectivo trans. Una comunidad que siempre ha sido damnificada por el simple hecho de existir, y que en pleno 2025 parece que vuelven a ser el objetivo de cambios de leyes y retroceso en materia de derechos.
Mientras tanto, no obstante, en el ámbito audiovisual vemos cómo la histórica representación estereotípica, o inexistente, de las personas del colectivo LGBTIQ+, parece que va cambiando a mejor. Aunque siguen siendo casos puntuales los que encontramos. Pero, al igual que el arcoíris nace de aquel rayo de luz, es esencial que señalemos aquellas producciones que sí aportan un avance en la representación audiovisual, más allá de las que perpetúan los estereotipos canónicos.

Las series españolas y su representación LGBTIQ+
En los últimos años hemos visto cómo en el audiovisual español ha habido un aumento de las representaciones queer.
Uno de los tándems más importantes en esto ha sido el de Javier Calvo y Javier Ambrossi, dos creadores que han llevado a cabo series claves – e imprescindibles -, como Veneno (2020), o su secuela Vestidas de azul (2023). Ambas basadas en casos reales sobre el colectivo trans. Junto a ellas, es imprescindible nombrar la serie que nunca pasa de moda, la magnífica Paquita Salas (2016-2019). Y no solo hemos visto este tipo de contenido específicamente LGBTIQ+, sino que también han creado otras obras maestras como La Mesías (2023) o Cardo (2021-2023), donde vemos una inclusión del colectivo sin necesidad de que este sea el tema central de la historia narrada.
Junto a ellos, Abril Zamora también se ha convertido en una de las actrices y directoras trans de mayor renombre, ganando incluso el Premio Taules este mismo año, donde ella misma declaró: “que una persona como yo reciba este premio da un mensaje importante: ser quien quieras ser trae recompensa”. Series creadas y protagonizadas por ella como Todo lo otro (2021), muestran una realidad mucho más cercana al colectivo y, haciéndolo desde el humor.
Otras series como Las noches de Tefía (2023) nos han mostrado una realidad antes ocultada, como era la de los campos de concentración donde se internaban a personas homosexuales y trans durante la dictadura franquista.
Con el público adolescente como principal objetivo, también ha habido series mainstream que se han convertido en grandes éxitos, como ha sido el caso de Élite (2018-2024). Una serie con sus luces y sus sombras, pero que ha llevado a cabo una amplia representación del colectivo. Y que, como bien decía la teoría queer, intenta dinamitar el sistema desde dentro de la norma y no desde los márgenes.
Tras esta, más recientemente, ha sido estrenada la serie Olympo (2025). Una serie en la misma línea, pero que se adentra en el mundo del deporte y la competitividad tóxica. Para ello, construye unos personajes LGBTIQ+ bastante diversos, con una representación sin tabúes de las relaciones sexuales homosexuales. La bisexualidad también aparece representada – la gran olvidada en el audiovisual -, así como otro tipo de identidades más diversas que suelen ser invisibles ante los ojos de la audiencia.

Series y películas LGBTIQ+ fuera del ámbito español
Junto a las producciones propias, hay múltiples series y películas en otros ámbitos que también se suman a estas construcciones del colectivo LGBTIQ+ más cercanas a la realidad.
Una de las series más interesantes y populares en los últimos años ha sido Big Boys (2022-2025). Una comedia británica basada en hechos reales. El propio creador Jack Rooke nos cuenta su vida universitaria desde una perspectiva genuina, divertida y brillante. Tal y como vemos con Todo lo otro, el hecho de que sea la propia creadora o creador los que cuentan las historias, hace que estas sean mucho más apropiadas y positivas.
Junto a esta, es imposible dejar de nombrar a la ya popular Hearstopper (2022-). Una serie, también británica, creada por Alice Oseman. Esta se dirige a un público adolescente, pero también al público adulto puede robarle el corazón. Las siglas del colectivo son casi todas representadas de forma exquisita, con una construcción del personaje trans que se sale de los estereotipos canónicos. Así como un reflejo de la bisexualidad explicada a la perfección y abordada sin tapujos. También la asexualidad es esbozada en la segunda temporada de la serie, una orientación sexual que no había sido antes visibilizada.
Respecto a esta última, la aclamada película lituana Slow (Marija Kavtaradze, 2023), construye a un protagonista asexual de forma exquisita. Una historia romántica donde las relaciones sexuales dejan de ser el centro de la narrativa, como suele ocurrir comúnmente en el cine.

Algunas joyas escondidas que merece la pena visionar
Más allá de las películas y las series más comerciales, también es esencial señalar aquellas obras queer más ocultas, cuya representación es excepcional.
La primera que me gustaría mencionar es Cuckoo (Tilman Singer, 2024). Una película de terror – cuya representación de la maternidad es cuestionable -, que tiene como protagonista a la actriz Hunter Schafer. En este sentido, vemos cómo la actriz trans protagoniza una película donde su identidad no está en el centro de la narrativa y, de hecho, no es relevante. Por este mismo motivo, es importante señalar esta producción y su inclusión del colectivo, sin necesidad de que el hecho de ser trans sea el conflicto de la trama o todo gire en torno a ello.
Por otro lado, series como The Pitt (2025), Hacks (2021-), True Detective: Noche polar (2024), The Last of Us (2023-), Yellowjackets (2021-), The Last Anniversary (2025) o Cuando nadie nos ve (2025), representan una amplia diversidad de identidades y orientaciones sexuales, desde la interseccionalidad – y algunas de ellas desde lo mainstream -. Lo más relevante de estos ejemplos es que la mayoría de los personajes queer forman parte del elenco principal y, el género cinematográfico de estos productos no es de temática específicamente LGBTIQ+.
Finalmente, y trasladándonos a Latinoamérica, merece la pena mencionar Elda y los monstruos (Nicolás Herzog, 2023) y Finlandia (Horacio Alcalá, 2021). Aunque ya tienen unos años, son obras que siguen siendo necesarias y pertinentes. En la primera, el director construye una historia fresca y novedosa que nos habla sobre la diversidad de identidades desde un prisma limpio, honesto y sin etiquetas. En Finlandia, en contraposición, encontramos una realidad más dura, pero igualmente importante. Nuestra mirada colonialista se rompe con esta historia donde las muxes son las protagonistas. Una comunidad de personas en Oaxaca, México, que se salen de la norma y no encajan en el binarismo de género establecido por la sociedad.
¿Rainbow Washing o avances reales? Retomamos la pregunta
En la serie española Olympo, los personajes se cuestionan si la atención hacia el protagonista Roque es por su talento como deportista o por ser homosexual. Una reflexión muy valiosa que pone el foco en nuestras propias dinámicas. El hecho de que una marca utilice la bandera LGBTIQ+ durante el mes del orgullo no significa que esta sea una marca comprometida con esos valores. Y es por ello por lo que debemos ser cautelosas a la hora de valorar si ciertos contenidos son realmente un avance o, simplemente, una ola más dentro del océano de las modas.
Para ello, es esencial la alfabetización mediática. La capacidad de tener pensamiento crítico a la hora de visionar cualquier tipo de producto audiovisual. Gracias a esto, podremos distinguir entre aquellas producciones realmente comprometidas, y otras que solo hacen campaña para llevar a cabo el rainbow washing o lavado de cara de turno.
Como sabiamente decía Paquita Salas: “¿Has estado alguna vez en Rusia? ¿Y porque tú no has estado en Rusia no existe Rusia?”. Algo extrapolable al colectivo LGBTIQ+ y la importancia de su visibilidad en el audiovisual. Porque hay miles de personas que nunca han conocido a nadie queer, y los referentes audiovisuales son esenciales para que estas personas puedan ver y entender que existen otras realidades. Así, no solo es importante que el colectivo se haga visible, sino que la forma de hacerlo sea la correcta.
Hemos avanzado bastante, pero todavía nos queda mucho más camino por recorrer. Ojalá poco a poco sea posible ver más historias felices y más historias comunes, pero con personajes protagónicos que se salgan de lo normativo.