‘The Batman’: Matt Reeves desenmascara a Christopher Nolan
The Batman llegó a nuestros cines y todo lo que prometía el sorprendente tráiler que se estrenó en la DC FanDome de 2020, se hizo realidad. No me voy a ir por las ramas, nos encontramos con la mejor película sobre Batman jamás realizada, y, por si fuera poco, no se queda ahí, es mucho más que eso, The Batman es una de las mejores películas que se han podido ver en los últimos años y entra directa y cómodamente en el Top Five de este 2022.
Los que no la hayáis visto pensaréis que exagero, y los fans de Nolan os estaréis rompiendo las costuras, pero es un hecho: The Batman, como antes demostró, Todd Phillips con Joker, es una demostración de cómo se puede dignificar el cine de superhéroes. Realizando películas adultas; que te toman en serio; que no insultan tu inteligencia y que ofrecen todo un repertorio de proezas artísticas de primer nivel. Resumiendo, que se puede realizar una obra cinematográfica de altura con personajes con capas y mallas.
Claro, esto se puede conseguir si quien está al mando de tal proeza es alguien como el mencionado Phillips, o en este caso, Matt Reeves.
Matt Reeves y The Batman
Reeves es un director que no debutó con una gran película de culto. Ni siquiera con una buena película. Lo hizo con Mi amigo desconocido, un comedía romántica que, sin ser horrible, no hay mucho que podamos destacar de ella. Más tarde, dirigió algún episodio en diferentes series de televisión. Seguía aprendiendo su oficio. Hasta que llegó el día en el que nos sorprendió a todos con Cloverfield, una angustiante monster movie del subgénero found footage:
Con esa película dejó claro que era un director lleno de inquietudes y ganas de pasárselo bien en el 7º arte. A esta le siguió la cinta de vampiros Let Me In, remake de la revelación sueca Let the right one in.
Con esas dos películas, Reeves demostró ser un excelente contador de historias que sabía envolver en impactantes imágenes.
Pero cuando realmente nos dejó a todos con la boca abierta, fue cuando se encargó de la segunda y tercera parte de la mejor trilogía cinematográfica de los últimos 20 años: la saga de El planeta de los simios.
Rupert Wyatt dirigió la maravillosa Rise of the Planet of the Apes, cinta que nos explicaba el origen de la famosa y longeva saga. Lo hizo tan bien, que parecía imposible poder continuar esa película sin caer en cientos de errores. Pero no fue así, llegó Reeves, e hizo historia. Realizó dos películas maravillosas, de esas tan grandes que sus sombras ocultan el nombre de su director. Como siempre debería de ser. Obras más grandes que sus creadores.
El amanecer y la guerra de Cesar, el simio protagonista de la saga, fue la escuela que prepararía a Matt Reeves para su aterrizaje en Gotham City. The Batman demuestra que aprender paso a paso, trabajo a trabajo, puede dar mejores resultados que el talento innato.
Batman y el cine
Es inevitable comparar las diferentes adaptaciones de Batman al cine. Tres luchaban por el primer puesto: el Batman de Tim Burton, el de Christopher Nolan y el de Zack Snyder. Lo siento por Joel Schumacher, pero esos trajes con pezones…
Digo “luchaban”, porque la incorporación de The Batman lo cambia todo. Se coloca indiscutiblemente en el primer puesto. Mi segundo puesto sería para el Batman interpretado por Michael Keaton y el tercero para el que encarnó Ben Affleck.
Los prefiero al Batman de Bale y Nolan por generar alrededor del personaje un mundo más rico, comiquero y personal. El Batman de Tim Burton tiene mucho que ver con los comics de Batman de los años 80 de Dennis O’Neil mezclados con cierto aire cartoon de la Silver Age de DC. Y el de Zack Snyder en la revolucionaria versión de mi admirado Frank Miller en su Dark Knight.
El Batman de Nolan lo siento mucho más impersonal. Tanto su Gotham City, o el que tuviera que calcar la estructura del ya clásico Heat de Michael Mann para el enfrentamiento de su Batman con un Joker tan sobrevalorado como su propio nombre. Que el nombre de Christopher Nolan se convirtiera en un adjetivo y en garantía de buen cine, fue lo peor que le podía pasar al autor más incompresiblemente laureado de su generación. Algo parecido está ocurriendo con Denis Villeneuve.
El hiperrealismo de The Batman
Perdonad mi vehemencia, Christopher Nolan también hizo cosas buenas con su Batman. Lo mejor, dotarlo de una imagen más realista. Más alejada de los pintorescos colores de los cómics. Eso estuvo bien, lástima que no lo llevara unos pasos más allá. El cuerpo musculado de Christian Bale embadurnado de aceite, los vehículos de Batman y unos guiones con la profundidad de una piscina hinchable para niños, le restaban mucha de esa “realidad” buscada. Esa falta de profundidad fue la kryptonita de Christian Bale. ¿Para qué quieres a un actor de la talla de Christian Bale si no le das nada con lo que trabajar? Una pena.
The Batman sí que se arriesga y da un paso más allá. Te crees todo lo que ocurre. Podría ser real. Desde la marca de Batman en el cielo, con un foco al que le han puesto diferentes trozos de metales imperfectos para conseguir proyectar ese conocido símbolo, hasta un Robert Pattinson que, por fin, nos muestra e interpreta el trauma y dolor con el que convive Bruce Wayne y lo convierte en Batman, el mejor detective del mundo.
Batman o Catwoman están increíblemente bien construidos. Sus objetivos y los conflictos, externos e internos, por los que tienen que pasar para conseguirlos, están perfectamente definidos. Son personajes complejos a los que les ocurren cosas no por un deus ex machina, sino porque un guion delicado y preciso como el de Reeves los ha llevado de la mano hasta ahí. Sin duda, un regalo para cualquier actor. Y un placer para los espectadores.
Gotham City
En The Batman nos encontramos con una Ghotam City única en la que la lluvia es una más de los protagonistas de la película. La ciudad es una mezcla de Chicago, con el Berlín más underground y la distópica Los Angeles de Blade Runner. Una maravilla. The Batman posee un diseño artístico y de producción merecedor de cualquier premio.
Los personajes que inundan sus calles son tan oscuros como la ciudad. Nunca la mafia de Gotham estuvo mejor representada en una pantalla de cine. Espléndidos y enormes John Turturro y Colin Farrell, como representantes de una mafia tan terrorífica como la ciudad que gobiernan. Excelente Peter Skarsgard como una de sus víctimas.
De una ciudad así no extraña la aparición de un Batman, una Catwoman o el demente Acertijo. Todos son víctimas de una sociedad que, independiente de tu clase social, te mastica y te escupe como si fueras tabaco de mascar.
La oscuridad, da miedo y frío. Como la oscuridad de su lluvia. Una ciudad tan oscura que la luz de los focos de un coche puede aterrorizarte como a un gato. Tan oscura que de sus sombras solo aparecen todo tipo de criminales desalmados y torturados. Personajes que parecen haber salido de la mente de un Travis Bickle harto de las noches de su particular New York.
Esta sí que es Gotham City, una ciudad corrupta hasta sus cimientos que reclama venganza con el grito de un bebé hambriento.
The Batman, Pattinson y Zoë Kravitz
Que Robert Pattinson es un gran actor ya lo sabíamos todos aquellos que dejamos de verlo como el vampiro que brillaba (literalmente) de la saga Crepúsculo, gracias a películas como El Faro, Good Time, El diablo a todas horas, High life, The Rover o Cosmópolis.
En The Batman, interpreta maravillosamente bien al superhéroe y le da a Bruce Wayne todo lo que nunca le supieron dar en sus otras encarnaciones. Emociones, trauma y verdad. Mucha verdad. Es un héroe que, ayudado por un pesado traje/armadura lleno de magulladuras y roturas, defiende a su ciudad con algún que otro gadget, sí, pero sobre todo, con dos de las características que mejor lo definen: su capacidad detectivesca y la rabia.
Por fin vemos un Batman que es el mejor detective del mundo. Tan importante como sus puñetazos o el terror que imparte con su coche, es su prodigiosa inteligencia a lo Sherlock Holmes. Ese es uno de los mejores puntos de una película que por momentos nos transporta al Seven de Fincher o incluso a la franquicia Saw. Él, junto a un inmejorable Jim Gordon (Jeffrey Wright), nos atraparán en la red de mentiras y acertijos del villano que interpreta Paul Dano, otro actor superdotado que nos regala una interpretación tan mágica como su capacidad para mimetizarse en los personajes más perturbados del cine. Maravilloso.
A Zoë Kraviz, muchos la descubrimos en Big Little Lies y actualmente protagoniza uno de los mejores estrenos de HBOMax, Kimi, la última película de Steven Soderbergh. En The Batman se convierte en Selina Kyle, Catwoman. Muy alejada de las interpretaciones de Michelle Pfeiffer, Anne Hathaway o Halle Berry, Kravitz logra hacer más que creíble a su personaje, otra de las víctimas de Gotham. Su Catwoman es como si la Selina Kyle del Batman: Año uno de Frank Miller, hubiera cobrado vida y abandonado el papel para vivir entre nosotros. Una delicia de construcción de personaje.
The Batman, de Matt Reeves
Se podría seguir hablando de la película, de cada uno de los pasajes de las tres horas de reformulación de personaje que nos ha regalado Reeves, pero hacedme caso, mejor verla. Solo quiero resaltar un par de cosas antes de dejaros:
1.- La sorprendente fotografía de Greig Fraser, que es capaz de helarnos la sangre y erizarnos la piel o darnos la calidez de un buen fuego. Muy pocos trabajan la lluvia como él. Nos puede recordar desde The Crow hasta Alien.
2.- La banda sonora de Michael Giacchino, una joya inmortal. Otro de los grandes aciertos de The Batman.
De Matt Reeves, qué más os puedo decir. Que es un genio audiovisual y coloca la cámara en lugares increíbles para contar una historia única y no para llamar la atención; que obras como El largo Halloween o Año Uno, nunca pudieron ser más inspiradoras que en sus manos; o que su Batman, en algunos momentos y ayudado del sonido de sus botas, nos puede recordar a “el manco” de Clint Eastwood y Sergio Leone; pues sí, os digo todo eso y que su nombre seguirá estando en la sombra de sus grandes películas. Como debe ser.
Saludos furiosos.